🧩 Fundamentación de la necesidad de aplicar el Índice de Medición Global del Pacto de Gracia (IMGP)
- Danilo Carrillo
- 20 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 23 horas

En el ámbito de las relaciones de pareja, uno de los principales desafíos contemporáneos es la ausencia de herramientas sistematizadas que permitan evaluar de forma clara, objetiva y comprensible la salud emocional, espiritual y relacional de los vínculos conyugales. Mientras que diversos campos como la economía, la salud física o la productividad laboral han desarrollado indicadores precisos y mecanismos de seguimiento, el mundo de las relaciones afectivas continúa, en gran medida, sin métricas funcionales que permitan una lectura honesta y transformadora de su estado actual.

La mayoría de las crisis matrimoniales no emergen de un único evento catastrófico o traumático, sino de un proceso progresivo de desgaste, desconexión y pérdida de sentido. Estos procesos tienden a pasar desapercibidos hasta que el daño es difícilmente reversible. En consecuencia, muchas parejas llegan tarde a los procesos terapéuticos, o simplemente se habitúan a una convivencia funcional pero vacía de afecto, propósito y presencia.
En este contexto, se vuelve urgente la implementación de un modelo diagnóstico que no se limite a medir la satisfacción conyugal desde criterios genéricos (como lo hacen muchas escalas psicométricas tradicionales), sino que contemple una visión integral del pacto conyugal, articulando variables emocionales, espirituales, relacionales y existenciales.
El Índice de Medición Global del Pacto de Gracia (IMGP) responde a esta necesidad. No se trata de una prueba clínica ni de una encuesta de satisfacción marital estándar, sino de un instrumento que permite:
Detectar zonas críticas de desgaste relacional antes de que se conviertan en factores de ruptura.
Esto incluye no solo el conflicto explícito, sino también la desconexión emocional, la pérdida de propósito compartido y la reducción del vínculo a una mera convivencia funcional.
Identificar áreas de oportunidad y recursos internos aún disponibles dentro del sistema conyugal.
El IMGP no se centra únicamente en lo disfuncional; también revela fortalezas emocionales, valores espirituales y motivaciones vinculares que pueden ser reactivadas y fortalecidas.
Proveer un mapa relacional estructurado que facilite procesos de restauración emocional y terapias dirigidas.
El instrumento es útil tanto para el autoanálisis individual o en pareja, como para su integración dentro de un proceso guiado por terapeutas, pastores o coaches matrimoniales.
Ofrecer una base diagnóstica para la toma de decisiones conscientes sobre la continuidad, renovación o resignificación del vínculo conyugal.
Frente a relaciones en crisis o momentos de confusión profunda, contar con un modelo diagnóstico permite tomar decisiones con mayor claridad, evidencia y conciencia.
El IMGP parte de una concepción teo-terapéutica y sistémica del matrimonio: el pacto no es solo una institución jurídica ni una realidad emocional, sino un proyecto espiritual que integra propósito, relación y proceso de transformación personal y relacional. Por tanto, la medición de su salud no puede hacerse exclusivamente desde categorías psicológicas o comportamentales, sino que debe contemplar también elementos espirituales, simbólicos y existenciales.

El matrimonio se enfrenta a presiones culturales, cambios estructurales y desafíos individuales complejos, contar con herramientas funcionales, medibles y replicables se convierte en una necesidad y no en un lujo. El IMGP propone una respuesta innovadora, práctica y profunda a esta necesidad, sirviendo tanto a parejas en crisis como a aquellas que desean profundizar su conexión, su sentido de pacto y su crecimiento mutuo.
Danilo Carrillo
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